¿Por qué es importante preservar el menisco cuando se rompe?
Para iniciar, recordemos que el menisco es un cartílago gomoso en forma de C que actúa como un efectivo amortiguador de golpes en la rodilla. Es como una pequeña almohada dura que se ubica específicamente entre la tibia y el fémur. Hay dos en cada rodilla.
Sus funciones son aportar estabilidad y distribuir las fuerzas de contacto entre ambos huesos, absorbiendo los impactos.
No obstante, las rupturas de menisco son muy frecuentes – si no las más – en la práctica deportiva porque aparecen con solo un giro repentino o un salto mal dirigido. O incluso por el desgaste natural del cuerpo. Esto genera dolor, inflamación, rigidez, dificultad para caminar y problemas para flexionar la rodilla.
¿Cómo se diagnostica un rompimiento del menisco en la rodilla?
Como hemos explicado en otros artículos anteriores, el desgarre o rompimiento de un menisco se puede identificar con un examen físico. Es posible que como médico yo le solicite colocar la rodilla y la pierna en distintas posiciones, caminar un poco o ponerse de cuclillas para verificar la causa de los signos y síntomas. También puede que me apoye en radiografías, resonancia magnética y otras tecnologías.
Incluso, es posible que como parte del proceso de diagnóstico o del tratamiento recurramos a una artroscopía de rodilla para examinar el interior.
¿Cuál es el tratamiento para un menisco roto?
Generalmente, el tratamiento comienza de forma conservadora (con hielo, descanso deportivo y medicamentos contra el dolor) esto principalmente en pacientes por encima de los 40 años, pero su desarrollo dependerá del tipo, el tamaño y la ubicación del desgarro.
Posteriormente se puede optar por fisioterapia, elementos ortopédicos y, de ser necesario, cirugía. No en todos los casos de ruptura de menisco es necesaria la cirugía.
En términos generales, si el paciente es mayor de 40 años, el menisco afectado no genera sintomatología (principalmente de tipo mecánico, como sensación de bloqueo o desacoodo), es posible que no sea necesario operarlo. Por el contrario, en pacientes jóvenes, con dolor, cona derrames articulares o genera bloqueos, es mejor intervenirlo para solucionar el problema y prevenir mayores inconvenientes a futuro.
A veces es posible tratarlo con mecanismos efectivos y menos riesgosos como la infiltración de plasma rico en plaquetas. Esto dependerá principalmente del criterio médico.
La meta es preservar en lo posible el tejido meniscal
En los casos en los que sea necesario realizar una intervención quirúrgica de manera artroscópica, la premisa siempre será tratar de preservar el menisco debido al impacto que retirar el menisco podría generar en la rodilla, tanto a corto como a largo plazo, ya que el cuerpo se quedaría sin el amortiguador que tanto necesita.
Por esta razón, comúnmente se elegirá una de dos opciones: meniscectomía (resección parcial o total del tejido meniscal dañado hasta lograr un remanente meniscal estable) o una sutura meniscal (reparación).
Para elegir el tipo de intervención también se deben considerar factores como la edad, la localización y la antigüedad de la rotura.
Si usted se está viendo afectado por una lesión del menisco, contácteme y le apoyaré para que reciba el diagnóstico y el tratamiento más adecuado. Me respaldan más de 25 años de trayectoria en Medicina Deportiva y Ortopedia.