Vuelta al deporte después de una cirugía del ligamento cruzado anterior (LCA)
La cirugía del ligamento cruzado anterior (LCA) es un procedimiento quirúrgico que se realiza para reparar o reemplazar el ligamento cruzado anterior en la rodilla.
Recordemos que el LCA es uno de los cuatro ligamentos principales en la rodilla y es esencial para estabilizarla. Como hemos explicado en otros artículos, estos ligamentos pueden dañarse durante actividades deportivas, accidentes o por desgaste natural.
En ese sentido, la cirugía del LCA implica generalmente el uso de un injerto para reemplazar el ligamento dañado. Este injerto puede provenir de otra parte de su cuerpo (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto).
¿Cuándo es necesaria una cirugía de LCA?
Si bien algunas lesiones leves del LCA pueden tratarse con fisioterapia y ejercicios, las rupturas completas o las lesiones graves a menudo requieren intervención quirúrgica para restaurar la función normal de la rodilla.
La necesidad de cirugía se determina en función de varios factores.
- La gravedad de la lesión: Las rupturas completas o las lesiones que causan una inestabilidad significativa en la rodilla a menudo requieren cirugía.
- El nivel de actividad del paciente: Los individuos más activos o aquellos que participan en deportes que requieren giros, saltos o cambios rápidos de dirección, pueden necesitar una cirugía para regresar a su nivel de actividad anterior.
- Edad: Aunque la edad puede influir, la decisión de operar se basa más en el nivel de actividad y las metas personales que en la edad por sí sola.
- Lesiones asociadas: Si hay otras lesiones en la rodilla, como daño en el menisco o en otros ligamentos, la cirugía puede ser más probable.
¿Cómo es la recuperación tras una cirugía del ligamento cruzado anterior?
Después de la cirugía, es esencial una rehabilitación adecuada y un programa de fisioterapia para recuperar la fuerza y la movilidad de la rodilla. Muchos pacientes pueden regresar a su nivel de actividad anterior sin problemas.
Eso sí, se trata de un proceso gradual y cuidadoso que requiere paciencia y seguimiento médico, va a depender también de la recuperación de las posibles lesiones asociadas, como son las lesiones de meniscos, cartílago u otros ligamentos de la rodilla.
Tras la operación, se inicia una fase de rehabilitación enfocada en recuperar la fuerza, la estabilidad y el rango de movimiento de la rodilla. Esta etapa puede durar varios meses y se basa en ejercicios específicos y terapia física.
Una vez que se logra una base sólida de fuerza y estabilidad, se comienza un programa de entrenamiento funcional. Esto implica ejercicios que simulan los movimientos del deporte practicado, adaptados a la capacidad de la rodilla. Durante esta fase, es crucial escuchar al cuerpo y al equipo médico, evitando sobrecargas prematuras.
La reincorporación gradual al deporte debe ser guiada por el médico y el fisioterapeuta. Comienza con ejercicios de bajo impacto y luego se aumenta la intensidad progresivamente. Es esencial centrarse en la técnica, el equilibrio y la prevención de lesiones.
Finalmente, se permite el regreso a la competición cuando la fuerza, la estabilidad y la confianza en la rodilla se han restaurado por completo, que va a depender de las actividades físicas o deportes que practique cada paciente, pero por lo general es entre los 9 y 12 meses.
Además, mantener una rutina de ejercicios de fortalecimiento y estiramientos sigue siendo importante incluso después de regresar al deporte.
Si usted sufre los síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior que podría requerir cirugía, contácteme. Con gusto le asesoraré.